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Típología de textos

Así como tienes ropa especial para cada ocasión, de la misma manera existe una tipología textual: diversos tipos de textos que te sirven, en determinados contextos, para comunicar el conocimiento que produces.  Tal es, en realidad, el sentido de aprender: ser capaz de producir el nuevo conocimiento a partir de la integración de estructuras mentales.

 Las clasificaciones nos ayudan a distinguir los elementos característicos de cada texto; por lo tanto, la manera en que está estructurado un manual del usuario se distinguirá entonces de una carta personal y podríamos seguir con un sinfín de ejemplos. Lo que es esencial para ti es conocer las características que debe poseer cada uno de ellos para que las consideres durante el proceso de creación de tu propio texto.

 

 

 

Tipos-Textuales-definición-y-clasificaci

LA DESCRIPCIÓN

 

 

El texto descriptivo, realiza una descripción de algún elemento. Puede centrarse en una persona, un animal, un paisaje, un objeto o una situación, por citar algunas posibilidades.

La enumeración de características es el rasgo principal del texto descriptivo. Mientras que un texto narrativo relata sucesos y un texto argumentativo brinda razones, un texto descriptivo se centra en la mención de particularidades para la construcción de una representación del elemento en cuestión.

UN EJEMPLO CLARO SERIA:

 “La casa era amplia y antigua. Una mesa de roble con cuatro sillas dominaba el comedor, cuyas paredes estaban pintadas de un tono anaranjado. En el dormitorio principal, se destacaba una cama matrimonial con cabecero de hierro. El dormitorio más pequeño, en cambio, presentaba tres camas infantiles”.

 

 Como se puede apreciar, este texto describe algunas características de una vivienda.

Además de todo lo que hemos expuesto hasta el momento, es importante conocer el conjunto de características que identifican a todo texto descriptivo:

 

  • Es muy variado, en tanto en cuanto puede utilizarse para describir cosas físicas como no físicas.

  • Es detallista, porque debe centrarse en transmitir a quien lo lee cómo es realmente el elemento sobre el que gira.

  • Puede recurrir al empleo de ciertas “licencias” o herramientas del lenguaje como pueden ser las hipérboles.

  • Los textos descriptivos incluso pueden abundar en adjetivos calificativos que le otorgan un tinte muy subjetivo: “Era una mujer hermosa, con cabello color oro y unos impactantes ojos celestes. Sus largas piernas parecían extenderse hasta el infinito, al igual que sus finos brazos. Su cuerpo escultural lleno de curvas, por otra parte, hacía delirar a los hombres”. En este caso, adjetivos como “hermosa”, “impactantes” y “escultural” contribuyen a la descripción que realiza el texto.

 

 

Asimismo hay que ser conscientes de otros aspectos relevantes sobre este tipo de texto, como son estos:
 

  • Tiene tres funciones fundamentales: definir, explicar e incitar.

  • Siempre tiende hacia lo que es la objetividad. Y es que por algo se centra en aspectos tales como las partes del elemento en cuestión, su misión, el funcionamiento que tiene, la utilidad que posee, sus principales especificaciones…

  • En su contenido debe primar en todo momento una ordenación absolutamente lógica de las características que se enumeran.

  • Por regla general, es habitual que se empleen muchos tecnicismos en relación al elemento del que se esté tratando.

  • Básicamente dentro de este tipo de texto podemos diferenciar la existencia de tres grupos claramente diferenciados: los técnicos, que sirven para explicar y exponer el funcionamiento de cualquier objeto; los científicos, que muestran el procedimiento que se ha seguido en una investigación concreta así como su resultado; y los sociales, que hacen referencia a lo que son comportamientos y actitudes de personas.

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Ejemplos de este tipo de textos son los manuales de uso de un electrodoméstico, el que pone a la venta o en alquiler un piso…

LA NARRACIÓN

ACTIVIDAD 1

  1. Busca un mito, un cuento y una leyenda, identifica en ellos el inicio, nudo y deselance.

  2. realiza un cuadro comparativo, en donde establezcas diferencias y similitudes entre estos tres tipos de narraciones

  3. realiza un dialogo corto en el que pongas en practica lo visto en esta sección

  4. envía el cuadro comparativo y el dialogo al siguiente correo; dianacatalinar768@gmail.com  no olvides tomar nota de las cosas importantes sobre el tema.

DIÁLOGOS: CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES

El diálogo es una de las estrategias más eficaces y, a la vez, más difíciles de lograr. En él, el narrador se hace de lado para dejar hablar directamente a los personajes, que pasan a ser en esos momentos los que informan y hacen progresar la trama. Al no tener aparentemente intermediarios y presentar las voces de forma directa, es una técnica sugestiva que, si se usa bien, genera cercanía y confianza con el lector y lo introduce rápidamente en la historia. Además, contribuye al dinamismo general, revelando cómo son los interlocutores y ofreciendo datos de los personajes restantes y del entorno.

El diálogo debe hacernos creer que realmente estamos escuchando y asistiendo a la conversación, aunque no nos vean. Pero para ello es necesario que las voces transmitan información precisa, que estén bien diferenciadas entre sí y que tengan una entonación adecuada y sin ritmo monótono

Estructura del diálogo

 

El diálogo es una estructura que contiene dos elementos:

  • Los parlamentos: son las intervenciones habladas de los personajes, sus palabras directas.

  • Los incisos: son aclaraciones que hace el narrador y que sirven para marcar los movimientos o expresiones de estos personajes mientras hablan o incluso sus sentimientos y su conciencia.

    —Haz lo que te dé la gana, pero conmigo no cuentes —dijo Andrés levantándose bruscamente de la silla.

Características del diálogo

 

Las características básicas del diálogo son las siguientes:
 

  • El diálogo debe introducirse con una intencionalidad. Los personajes nunca deben hablar porque sí o para rellenar espacio. Una novela, comparada con todo el universo que representa, es muy pequeña. Constantemente seleccionamos de ese universo imaginario qué cosas nos interesa destacar. Así, si un personaje se dirige a un museo, tal vez describamos ese edificio una vez esté delante pero pasemos por alto la descripción de todas las calles y demás edificios o fachadas mientras está de camino, porque no colaboran al desarrollo de la trama y no nos interesa destacarlas. En este sentido, un diálogo debe estar ahí por algún motivo, esté o no directamente vinculado a los acontecimientos, pero nunca gratuitamente.
     

  • El diálogo debe ser una imitación del lenguaje conversacional, sin ampulosidad, florituras o adornos verbales y sin palabras rebuscadas y poco usadas. Debe ser verosímil, creíble.

    —La fiesta fue satisfactoria y altamente gratificante. Todos los presentes disfrutamos de una exquisita cena y pasamos el resto de la velada conversando con informalidad y moviendo nuestros cuerpos al son de la música.*

    —La fiesta estuvo muy bien. La cena fue muy rica y pasamos el resto de la noche charlando y bailando.

Este tipo de lenguaje más solemne —y menos coloquial y espontaneo— solamente será adecuado si el contexto en el que se mueve el personaje lo requiere. Así, por ejemplo, si el personaje es el director de una empresa y va a reunirse para presentar un nuevo proyecto a sus accionistas, podrá y de hecho deberá usar un registro más formal y elevado. Sin embargo, en cuanto salga del trabajo y se reúna con su familia y amigos, deberá volver al lenguaje coloquial. Si usamos el lenguaje formal —o, peor aún,  el exceso "literario"— en un contexto en que no corresponde, el resultado será, cuanto menos, ridículo.

Paradójicamente, para crear esa naturalidad y espontaneidad del lenguaje coloquial hay que recurrir a la artificiosidad. No es tan fácil como parece. Cuando las personas hablamos, lo hacemos de forma desordenada, a menudo agramatical y sin terminar las frases. Además, aparte del contenido de nuestro mensaje, agregamos verbalmente ciertas palabras y expresiones con la única intención de confirmar que el canal comunicativo con nuestro interlocutor prospera correctamente.

“Emmm… A ver. Él es mi amigo y no quiero que piense que… Bueno, si fuera al revés y yo no le hubiese contado nada no me gustaría enterarme de que otros se lo han explicado antes que yo, ¿sabes? Así que bueno, no dije nada y pensé “ya si eso lo dirá él”, ¿no? Y al final poco a poco hablamos de otros temas y poco a poco, no recuerdo por qué, salió el tema y me lo contó. Claro, yo me hice el tonto como si no supiera nada, pero estuvimos hablando un buen rato y al final le aconsejé visitarse por algún médico especializado y eso, ¿sabes? Creo que se quedará más tranquilo”.

Así es, en la práctica, cómo hablamos. Solemos utilizar expresiones del tipo “bueno” “ a ver”, que en realidad no significan nada ni aportan ningún contenido a nuestro mensaje. Son expresiones que decimos mientras nosotros mismos nos estamos ubicando para elegir la manera en cómo comunicaremos lo que vamos a comunicar. Podríamos decirlas mentalmente, pero las verbalizamos.

Después, solemos dejar frases inacabadas (Él es mi amigo y no quiero que…). También somos repetitivos (al final poco a poco hablamos de otros temas y poco a poco, no recuerdo por qué, salió el tema y me lo contó).

Otras expresiones como “¿no?“ o “¿sabes?” tampoco tienen relación alguna con el contenido real del mensaje y se usan únicamente para asegurar el canal comunicativo con nuestro interlocutor. Cuando decimos “¿sabes?” no esperamos que nuestro interlocutor nos diga “sí, lo sé” o “no, no lo sé”. No es una pregunta real. Pero sí esperamos que haga un gesto o que pronuncie algo del tipo “ya”, “ahá” o “claro”, por ejemplo, porque eso nos confirmará que no ha desconectado y que sigue atento a nuestras palabras y sigue escuchándonos. Es como cuando hablamos por teléfono. En ese caso, como no se visualiza al otro, esas expresiones se hacen más necesarias para que no creamos que estamos hablando solos, y es mucho más fácil que el que no habla refuerce su presencia usando mucho el “ya”, “ahá”, que vienen a decir “sigo aquí; sigo escuchándote”.

Pues bien, en un diálogo toda esta “paja” debe desaparecer. Es decir, debemos imitar el lenguaje conversacional pero sintetizándolo y sacando únicamente aquella parte de él en la que reside el auténtico mensaje. A lo sumo, podemos dejar alguna de las primeras expresiones que he señalado, pero no en todos los parlamentos sino de forma aislada y sin abusar.

    —A ver... —balbuceó un momento—. No quise que supiera que otros ya me lo habían contado, así que esperé a que saliera el tema por voluntad suya. Cuando finalmente me lo contó, le aconsejé visitarse por algún médico especializado, porque creo que así se quedará más tranquilo.

LA ARGUMENTACIÓN

Continuamente, y a diario, existen situaciones donde debemos defender nuestros puntos de vista o estar en contra de ciertas realidades. Así,la argumentación es empleada para desarrollar asuntos discutibles, por lo tanto debe entregar información lo más completa y coherente posible.

La argumentación está compuesta por:

  • Introducción o presentación de la tesis

Presentación de la idea principal sobre la cual se va a reflexionar o que se va a defender. Ésta debe presentarse brevemente con ideas claras, sencillas y objetivas para no provocar confusión o ambigüedad. También debe tener un sentido afirmativo con oraciones que estén completas y correctas (semántica y sintácticamente).

  • El cuerpo argumentativo

Contiene todo el razonamiento y desarrollo de los argumentos para sustentar la tesis. Esta es la parte más importante de este tipo de texto, ya que es aquí donde se deben presentar las razones, evidencias y ejemplos para rebatir la posición contraria.

  • La conclusión

Finalmente, el emisor vuelve a la tesis inicial con el fin de comprobar la validez de lo expuesto. En definitiva, es un resumen de lo que se quiere defender o demostrar.

ACTIVIDAD 2

  1.  Observa con atención el vídeo de Valeria,en el ella se expresa de una manera particular para persuadir al público dando argumentos para reforzar sus puntos.

  2. Piensa en una problemática local, sobre la cual puedas tomar partido,busca información y escribe una oratoria en la que pongas en juego tus argumentos y posición al respecto.

  3. haz una grabación de tu oratoria y evialo especificando tu nombre y grado al correo:    dianacatalinar768@gmail.com.

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